Los años no cuentan, tus vivencias sí | #Columna #IdeariodePalabras por Selene Borges by #AIGCc
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Los años no cuentan, tus vivencias sí | #Columna #IdeariodePalabras por Selene Borges by #AIGCc


Los años no cuentan, tus vivencias sí| Como sociedad tenemos una extraña afición a hacer expectativas sobre la vida de las personas. Creamos un concepto del éxito que es muy lejano a lo que realmente ocurre, pues asumimos que tenemos una infancia brillante, una adolescencia divertida, una juventud entusiasta y como adultos, todos nuestros intentos deben concretarse en éxitos. Al final de cuentas, se espera que a los cincuenta podamos tener la vida resuelta y nos demos a la tarea de vivir un retiro en juventud.


La realidad es que vivir es un desafío que nos lleva a conocernos en medio de circunstancias un tanto hostiles. No hay quien en su infancia no haya experimentado alguna decepción o que durante su adolescencia realmente haya pensado que nació en la familia equivocada. En la juventud apostamos a los grandes sueños, pero con poca preparación y no nos damos cuenta de que estamos en la gran etapa de los intentos. Si eso fuera poco, cuando somos adultos cargamos costales repletos de memorias dolorosas de infancia, frustraciones de adolescentes y decepciones juveniles, por lo que nuestra imagen interna no corresponde a lo que se supone que deberíamos ser o estar.


No hay recetas para vivir. Cualquier expectativa que hagamos sobre el futuro es una especulación un tanto irresponsable, poque no sabemos bien a bien cómo serán los caminos que andaremos y es posible que ciertos “fracasos” sean necesarios para aprender nuestra propia lección y conseguir mejores resultados. Hay gente que logra sus planes a temprana edad y hay quienes no terminan de encontrarse, aunque ya sopla más de sesenta velitas en el pastel. Todo depende de cuánto nos atrevemos a dejar de juzgarnos por no ser lo que la presión social espera de nosotros.


Errar es humano, es una forma de aprender y no hay ninguna época de nuestra vida en que dejemos de tropezar. Quizá aprendemos a esquivar los obstáculos más constantes, pero siempre nos veremos retados por nuevas experiencias y solo si somos capaces de abstraer lo bueno de lo malo, de considerar que la victoria no siempre tiene que ver con vencer a otros, sino de aprender de ellos. Dejar de vernos bajo el prisma del juicio para vernos desde la ventana del aprendizaje, entonces asumir que aun los tropiezos son formas de avanzar.


El tiempo es un constructo humano que nos atormenta y estresa. Nos pesa envejecer, nos pesa no contar con un currículum de éxito, cuando lo maravilloso es que nuestros intentos, aunque fracasen sean una lección que nos lleve a capitalizar nuestras limitaciones para crear nuevas y mejores oportunidades.

Los años no nos dan madurez, lo que nos la da cada una de nuestras vivencias, el aprendizaje que abstraemos de ellas y lo que estamos dispuestos a cambiar, a mejorar y experimentar.


Vivamos sin pensar en los años. Siempre estaremos en edad de aprender. Por Selene Borges Hansen by #AgenciaInformativaGraphosCc

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