#GraphosCc #Tlx #Noticias #BarradeOpinión #Columna #XEL | Por una historia de la ciudad y vida cotidiana de sus habitantes. El motín indígena de 1692 en la ciudad de Tlaxcala. Por Guillermo Xelhuantzi
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- 12 sept
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Actualizado: 14 sept

#GraphosCc #Tlx #Noticias #BarradeOpinión #Columna #XEL | Por una historia de la ciudad y vida cotidiana de sus habitantes. El motín indígena de 1692 en la ciudad de Tlaxcala
Con el motivo de la celebración de los 500 años de la fundación de la ciudad de Tlaxcala, es importante recuperar pasajes de su historia, que han sido poco investigados, difundidos u omitidos muchas de las veces por la historiografía oficial, los monumentos coloniales de la ciudad son huellas e indicios de un pasado que nos invita a desentrañarlo,
Son también testigos mudos de acontecimientos que transformaron a la ciudad en el trascursos de su historia, así en 1692 los tlaxcaltecas se rebelaron contra las autoridades españolas y quemaron el Palacio del Gobierno, llamado en aquel tiempo las Casas consistoriales, ¿cómo ocurrió este hecho?
En un expediente que fue digitalizado por el Archivo General de Indias en España, de la sección Patronato se registra lo siguiente.
En 1692 el sargento mayor y capitán de las compañías milicianas y batallón de la ciudad y provincia de Tlaxcala, informó al virrey Gaspar de la Cerda y Mendoza, que el 14 de junio, los tlaxcaltecas se rebelaron contra las autoridades y provocaron un tumulto en la capital, en el día que se realizaba el tianguis.
Los tlaxcaltecas al igual que los indigenas de la ciudad de México, también decidieron protestar contra las autoridades por la carestía de semillas de maíz, debido a las sequias que se habían presentado en la Nueva España, como las autoridades no repartieron el maíz guardado en las alhóndigas fue el motivo de la rebelión.
El gobernador de Tlaxcala, Fernando Manuel de Bustamante, al percatarse del motín, ordenó que se tocaran las cajas de guerra y “ que se juntasen los españoles alistados en la compañía de esta ciudad”, sin embargo, solo se presentaron algunos soldados de la caballería y de la infantería, los tlaxcaltecas al ver a los militares se enardecieron, entonces, el gobernador pretendió apaciguarlos pero sus soldados lo impidieron porque no había tropas suficientes para contener a los indigenas, por lo tanto, se ordenó al teniente general don Amador de Mirafuente, que su tropa vigilara las acciones de los amotinados en “las pocas calles de la plaza y al cabildo y nobleza” sin embargo, a las tres de la tarde los amotinados se enfrentaron a los soldados, rompieron el cerco que guarnecía al palacio y lo incendiaron.
El gobernador se defendió con 20 arcabuceros, como el número de rebeldes era mayor al de los soldados y el fuego se propagaba en las Casas de Cabildo, la topa huyo para salvar sus vidas, solo el gobernador con seis hombres defendió el palacio y salió a la plaza con una rodela y alfanje, pero los indios amotinados le tiraban de navajazos, entonces el teniente general con 12 soldados a caballo acudió a su rescate, recobraron el palacio y apagaron el fuego, la sala y una pieza inmediata al cuarto del gobernador resultaron dañadas por el incendio y se quemó el archivo que se hallaba en estas piezas; en la refriega murieron tres soldados y el gobernador fue herido en una pierna.
Por otra parte, las autoridades consignaron que murieron más de 200 indios y un gran número de heridos, luego el gobernador el:
“Domingo, Lunes siguiente, se portó con el mismo desuelo y cuidado en disponer, se juntase la gente de guerra, hasta salir en persona de casa en casa a convocar a los vecinos, por correr voces de que los indios habían de bajar con todas sus fuerzas a pegar fuego a la casa de los españoles y acabar con todo”,
Los vecinos estaban atemorizados pero finalmente decidieron defender la ciudad, no obstante, algunos de los amotinados se presentaron en la ciudad para pedir disculpas por su actos y rendir obediencia al gobernador, el cual procedió a guarnecer la ciudad, además el virrey envió soldados a Tlaxcala, ya que los clérigos de la provincia, le informaron que los tlaxcaltecas pretendían matar al gobernador, en cambio el Cabildo indígena informó al virrey que los indigenas que realizaron el tumulto habían injerido pulque y muchos de ellos no eran de la provincia, pues los tlaxcaltecas, decía el Cabildo eran fieles a la Corona española, como medida preventiva el gobernador prohibió la venta de tepache y vinguis en el tianguis y reportó que en Tlaxcala se había incrementado el número de indigenas que practicaban la sodomía, es decir de homosexuales, motivo por el cual el gobernador quemo a tres sodomitas que aprehendió como castigo.
En otros documentos de la época virreinal, resguardados en el Archivo General e Histórico del Estado de Tlaxcala y en diversos manuscritos de cronistas indigenas de los siglos XVI y XVII hay registros que dan testimonio de las transformaciones de la sociedad tlaxcalteca y de la ciudad.
En este sentido es loable que una de las actividades para conmemorar los 500 años promovida por la Secretaria de Cultura de Tlaxcala sea recuperar testimonios como fotografías y relatos proporcionados por los vecinos de la ciudad, el acervo Ciudad y memoria seguramente se pondrán a disposición del público para su consulta, enhorabuena por este proyecto dirigido por la Secretaria de Cultura de Tlaxcala. Por Guillermo Alberto Xelhuantzi Ramírez by #AgenciaInformativaGraphosCcTlx










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