El “Soundtrack” de nuestra biografía |#Columna #Perspectiva por Guillermo S. García by #AIGCcTlx
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El “Soundtrack” de nuestra biografía |#Columna #Perspectiva por Guillermo S. García by #AIGCcTlx



El “Soundtrack” de nuestra biografía | La música tiene el poder de hacerte viajar en el tiempo, por eso cuando estoy a solas, prendo la radio o toco mis viejos casetes. Disfruto de ese sube y baja sensorial que producen las canciones de antaño.


Muchos de esos casetes los compré en las ferias o yo mismo grabé. Recuerdo que compraba cintas vírgenes y esperaba a que en la radio tocaran mis canciones preferidas para almacenarlas. Algunas veces, cuando el locutor interrumpía, paraba la grabación, con un lapicero rebobinaba rápidamente la cinta y la situaba en el punto exacto donde terminó la canción anterior y esperaba otra vez.


Empalmar los temas era un reto divertido. Seguramente muchos recordamos aquellas cintas que podían almacenar hasta 120 minutos de música. Decenas y decenas de canciones que después podías escuchar cuantas veces quisieras. Claro, si no se apretaba el casete, o peor aún, cuando el reproductor se tragaba la cinta y por desgracia se rompía. Cuántos trucos no aprendimos para reparar cintas rotas o apretadas.


Pero, así como los discos de vinilo, los casetes también se fueron olvidando cuando llegaron los discos compactos, y los discos compactos con las plataformas de música.

Han pasados muchos años y con la modernidad la música también cambió.


Ahora que sintonizo alguna estación para amenizar mi trayecto mientras conduzco, me encuentro con un lugar completamente diferente. Es cierto, hay más variedad de estaciones, pero no se parecen en nada a las de aquella época. Así es, la música no es la misma.


La Frecuencia Modulada está casi al 50 por ciento, plagada de música banda y el otro casi 50 por ciento, de reguetón. La perilla puede recorrer todas las frecuencias y la mayoría de estaciones, solo tienen estas dos opciones. Banda o reguetón.


Entonces cuando prendo la radio, presiono el buscador de frecuencia con la esperanza de que me atrape algún tema, sino conocido, por lo menos agradable. Pero no es así. Presiono una y otra vez, y cada estación parece ser la misma, con el mismo formato y el mismo locutor que, no conduce, grita, y no suficiente con ello, habla rápido, no para, y dice tantas cosas, pero nada importante a la vez.


Es entonces cuando regreso a mi máquina del tiempo, ese viejo tocadiscos o casetera que aún trabaja a marchas forzadas para llenarme de recuerdos.


Ese compendio musical que sonoriza las etapas más significativas de nuestra vida es como la banda sonora de una película. Y es que hay música para todo tipo de estados de ánimo, y cuando combina con nuestra forma de sentir, la adoptamos como nuestra. Seguramente has escuchado a alguien decir; “Esa es mi canción”, como dando entender que la letra cuenta exactamente lo que acontece con su vida.


Entonces, esas melodías que acompañan nuestros momentos alegres, tristes o inciertos se almacenan en nuestra mente y en los rincones del corazón. Se queda retumbando por determinado tiempo como una psicofonía. Y a pesar de que los años pasan, o nuevos sonidos llegan, incluso a pesar de que nuestros gustos musicales mejoran o empeoran, esa música es capaz de remover lo más profundo de nuestros sentimientos.


La música es capaz de hacerte viajar en el tiempo y de que vuelvas a sentir aquello que creías olvidado. Todos tenemos una banda sonora que acompaña nuestra vida. Esa música que podríamos llamar el Soundtrack de nuestra biografía. por Guillermo S. García by #AgenciaInformativaGraphosCcTlx

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