
#GraphosCc #Tlx #Noticias #BarradeOpinión #Columna #TangoPolítico | El periodismo, más que un oficio, una misión de vida.
Entre la esfera pública y la sociedad, el periodismo juega un papel de vital importancia, pues es el vínculo mediante el cual la ciudadanía puede conocer lo que decide, lo que dice y lo que hace la clase política y las repercusiones que habrá en la vida de las personas.
La mirada del periodista es profunda y crítica, pues no se queda con lo evidente, necesita conocer de viva voz la postura de los actores políticos, su razones y posturas frente a la realidad social que construyen para los habitantes, para los lectores, para todos.
La labor de los periodistas suele ser incómoda para quienes detentan algún tipo de protagonismo social, político, económico o cultural, porque no solo se trata de observar, se trata de ofrecer un panorama completo que conlleva ver de qué manera las piezas, que son los hechos, construyen un gran rompecabezas y a veces se trata de piezas difíciles de acomodar.
Por supuesto, la libertad de expresión es un derecho fundamental para todos los individuos, pero cobra especial relevancia para quienes tienen como misión informar más allá de la censura, por ello con frecuencia hay persecuciones que pueden desencadenar atentados en contra de quien tiene como vocación prestar sus ojos, su voz y sus recursos para que la sociedad conozca el contexto que le rodea, las decisiones que trastocan sus condiciones de vida y a quienes toman esas decisiones o bien, a quienes practican conductas que pueden vulnerar los derechos humanos de la ciudadanía.
Con base en lo anterior, resulta evidente que el periodista debe seguir sus instintos informativos, desarrollar su vocación y hacerse de recursos que le permitan mejorar la forma en que da a conocer los hechos que transforman a la vida en común: redactar correcta y puntualmente, elaborar escenarios probables utilizando los datos que posee, a fin de que su narrativa sea útil para quien lo lee o lo escucha y puede tener una referencia veraz de la realidad que se le describe.
No es gratuito el hecho de que el periodismo sea una de las profesiones de mayor riesgo a nivel mundial, pues conforma el cuarto poder, pues nutre a la Opinión Pública de esos datos que le permiten forjar una postura. Por ello es tan importante que como gremio haya unión, respeto y protección, pues nadie más que un periodista puede saber los peligros que se encaran y, por la relevancia, debe contar con un mecanismo real de protección para que su vocación cumpla su propósito en favor de la ciudadanía.
Bajo este contexto, es posible comprender que integrar una unión de periodistas supone velar unos por otros, aun cuando puedan tener posturas opuestas frente a la realidad; es exigir las condiciones adecuadas para poder informar oportunamente. Operarla implica respaldar su dirección con ética, honestidad y empatía, porque la información da poder y el poder abre puertas que pueden corromper a las buenas conciencias, de ahí que los dirigentes de una organización así deben tener evidencia de su solvencia moral, de su integridad y una buena conciencia. Supone, también, dotar de los recursos necesarios para lograr un periodismo de calidad y trabajar en aras del beneficio de quienes confían en los medios para transmitir mensajes y de quienes creen en ello para mirar a través de sus líneas, sus imágenes y sus voces.
Es por eso que hoy que estamos cerca de la renovación de la mesa directiva de la UPET, es momento de transformar la forma de operar y construir mejores condiciones para los periodistas, para protegerlos, capacitarlos y garantizar su bienestar. Votemos por lo ético, votemos libres y sobre todo por lo que da un aliento fresco a nuestra vocación.
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